Cómo limpiar las herramientas neumáticas correctamente

Cuidar de tus herramientas, ya sean manuales o neumáticas, es imprescindible para alargar su vida útil. La inversión en un buen equipo para tallar la piedra es importante, pero, sin duda alguna, además de las características de la herramienta, un buen cuidado de esta para que funcione durante muchísimos años tan bien como el primer día es fundamental. Por ello, vamos a daros dos opciones para limpiar vuestras herramientas neumáticas y que estén perfectas siempre.

Primera opción: utilizar un aerosol para los frenos del coche

Para cuando estés utilizando tu herramienta neumática y sientas que ya no funciona tan bien, que cuesta mantener el control sobre ella o que incluso salta cuando la estás usando; tenemos un remedio para ti. Lo primero que deberías hacer es desconectarla y rociarle un poco de spray para la superficie de los frenos del coche. Este producto limpia muy bien el aceite y cualquier impureza de la superficie y, además, seca muy rápido.

Después de echar un poco del spray, sacude la herramienta para que el líquido se mueva dentro de ella y, a continuación, deja salir el producto excedente. También puedes, seguidamente, conectar la herramienta durante 30 segundos para sacar ese exceso y secar la superficie. Pasado este tiempo, desconéctala y echa aceite para lubricarla.

Segunda opción: sumergirla en Querosén

Cuando, después de varias semanas trabajando con la herramienta, la acumulación de polvo mezclado con el aceite se haya incrustado en los agujeros internos de aire de la herramienta, esta es la mejor solución.

Lo primero que tienes que hacer es buscar un recipiente en el que quepa la herramienta que quieres limpiar y cubrirla por completo de Querosén. Te recomendamos que estén sumergidas por lo menos de 8 a 12 horas, aunque si tienes más tiempo puedes dejarla más. Lo que hará el querosén es penetrar en esos residuos de polvo y aceite y desprenderlos de la superficie muy bien.

Una vez haya trascurrido el tiempo establecido, saca la herramienta, sacude el exceso de querosén y conéctala para limpiar el exceso (igual que en la opción anterior). Para limpiarla correctamente, deberás golpearla con un poco de fuerza para sacar el querosén sobrante. Luego, desconecta la herramienta y ponle el aceite para lubricarla.

Este proceso requiere más tiempo que el primero, pero es el que mejor funciona. Sin embargo, si tienes poco tiempo y quieres una solución más sencilla, te recomendamos la primera opción.

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